Historia



La deforestación es un proceso antiguo que se ha incrementado en los últimos tres siglos, con un promedio de seis millones de hectáreas anuales. Principalmente se produjo en el Hemisferio Norte en los siglos XVIII y XIX, aunque en el siglo XX comenzó a realizarse en el Hemisferio Sur, especialmente en las selvas tropicales de la región del Amazonas.


El desmonte de áreas naturales ha acompañado la historia del hombre. Desde el surgimiento de la agricultura, hace aproximadamente de 10 a 15 mil años, muchos bosques comenzaron a ser sustituidos para el plantío de especies comestibles y, conforme aumentaba la cantidad de personas en estos grupos, mayor era la cantidad de áreas a ser desmontadas. Es interesante notar que la sustitución de áreas naturales no estaba sólo relacionada al desarrollo de la agricultura. El crecimiento poblacional también acarreó una mayor complejidad social, y el desmonte ocurría para la realización de otras actividades, como cultos religiosos o construcción de viviendas.

Con el inicio del Mercantilismo, la explotación de bosques cambió su enfoque y el desmonte pasó a tener un carácter más económico. En muchas colonias, las únicas actividades realizadas estaban relacionadas a la recolecta de productos forestales para ser vendidos en Europa. Y, una vez que la Amazonia fue descubierta, su selva comenzó a ser explorada por países europeos como Portugal y España. En esta época el objetivo principal ya era extraer sus posibles riquezas e implementar la ganadería y agricultura en la región. Por lo tanto, la tecnología aún no permitía que hubiese grandes modificaciones.

El desmonte expresivo en la Amazonia comenzó entre las décadas de 1960 y 1970, durante la dictadura militar en Brasil. La influencia del comunismo soviético y el éxito de la revolución cubana, en 1959, dieron inicio a diversos movimientos revolucionarios. Y, como muchos de estos movimientos usaban áreas de bosques como zona de entrenamiento y expansión, el gobierno brasileño veía la Amazonia como región estratégica para garantizar la “integridad nacional”. Es importante citar que junto a esta justificativa también había la percepción de que la Amazonia era una gran área improductiva, y apenas sería económicamente lucrativa si fuese ocupada y desmontada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario